Cuando era niño me encantaba ir en Semana Santa al pueblo de mis abuelos porque los Viernes Santos se hacía la representación de la crucificción y era todo un espectáculo, no tanto por los actores del pueblo (que tomaban muy en serio su papel) sino por las aventuras que giraban alrededor de una procesión al cerro. Así que les presento una serie de dibujillos que tiene que ver con la conjunción del mundo enigmático de la biblia y el mundo tecnológico de la actualidad.
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